Esta semana la victoria electoral del Sinn Fein en Irlanda del Norte fue un baño de realidad: el conflicto irlandés sigue latente
Más allá de sus probabilidades reales de formar gobierno, la agenda política del antiguo brazo político del IRA es transparente, el foco en los efectos de la crisis económica y otros problemas sociales, pero también en la unión de las dos Irlandas. Las reacciones que pueda provocar cualquier movimiento en esa dirección son inciertas en un territorio acostumbrado a siglos de enfrentamiento.
La situación planteada por el BREXIT lejos de allanar el camino para la consolidación de la paz, lo llenó de obstáculos. Por el “protocolo de Irlanda”, a Irlanda del norte ahora la separa del resto del Reino Unido, a pesar de ser parte del mismo, una frontera comercial en el mar. Los unionistas, leales a Reino Unidos, y su opción política, el D.U.P quienes encabezan hasta ahora el gobierno, rechazan este acuerdo y exigen sea revocado. El límite “natural” para separar a la Unión Europea y el Reino Unido debería estar entre las dos Irlandas ya que la República de Irlanda, al sur sigue siendo parte del bloque comunitario. Sin embargo, el espíritu del acuerdo del Good Friday de 1998 que puso fin a tres décadas sangrientas y más de 3500 muertos no permite establecer una frontera con controles de personas o mercancías que divida esa isla.
Más de 100 años después de la independencia de Irlanda del Sur, la paz que se creyó definitivamente consolidada en 1998, exhibe hoy su vulnerabilidad. El enfrentamiento es en origen un duelo entre católicos y protestantes; estos últimos partidarios de la corona y de permanecer en el Reino Unido . Se remonta a varios siglos atrás, cuando Enrique VIII, emprendió la separación de la Iglesia Católica y fundó la Iglesia Anglicana erigiéndose en jefe de la misma. En el sur, la población originaria, en su mayoría se mantuvo fiel a la iglesia católica pese a las imposiciones por parte de la Corona. Pero una política deliberada por parte de Inglaterra de colonizar el Ulster con protestantes, operó un cambio en el norte de la isla. Con la independencia de Irlanda en 1931, el sur, católico pasaría a constituirse como un estado independiente y finalmente en 1947 como la República de Irlanda. El norte, protestante y monárquico, seguiría formando parte del Reino Unido.
Las razones originales que una vez enfrentaron a vecinos y a hermanos, tras más de cinco siglos quedan perdidas en el túnel del tiempo. Europa está minada de este tipo de odios enraizados, dispuestos a ser detonados ante las más diversas causas. Los efectos de la pandemia, del Brexit y la actual coyuntura mundial con la consiguiente escalada de precios, han hecho la vida especialmente difícil a los ciudadanos de Irlanda del Norte. Una situación lejos del equilibrio, vuelve a poner allí la paz en jaque.
3 respuestas a «Sinn Fein, Brexit y la frontera imposible»
Brexit, una bomba de tiempo
La historia atraviesa la estabilidad aparente de las estructuras del presente como si estuviera agazapada, bien Andrea
Irlanda parece un nudo difícil de desatar para el Brexit. Espero que no termine como el nudo de Gordias.