No importa en qué lugar del planeta esté, cuando tengo que encontrar los puntos cardinales, miro al sol, y me imagino en Montevideo. Con el corazón mirando al sur. Ello, a pesar que llevo más de la mitad de mi vida fuera, más de 30 años. Tuve la suerte de vivir durante al menos dos años en lugares tan interesantes como Tel Aviv y el norte de Israel, Barcelona, Madrid, Nuevo York y ahora Londres.
Miro con absoluta admiración el proyecto integrador del que pudieron formar parte mis abuelos inmigrantes que huían de la miseria y la persecución en Europa. Uruguay sigue destacando por sus altos niveles de institucionalidad respecto a la región, pero el continente , la región y el país acumulan muchos deberes desde hace tiempo.
Con humildad y sumo respeto hacia quienes viven allí , no dejaré de reflexionar sobre algunas tareas, a mi juicio, pendientes. He aquí algunos trazos esbozados con el corazón mirando al sur.
Mercosur, paredón y después; En Perspectiva, 24 de septiembre de 2020
No perdamos más tiempo, El Observador, 3 de marzo de 2021
Aquí si se puede, El Observador, 30 de diciembre de 2021
¿Son las democracias latinoamericanas poco funcionales al crecimiento económico?, 6 de mayo de 2022